Las actividades lúdicas en el colegio son más naturales y espontáneas en la vida de un niño, y es de especial importancia. Le permite desarrollar nuevas habilidades, adquirir conocimientos y expresar emociones. Si además ese juego se realiza en compañía de otros, el niño desarrollará habilidades sociales que podrá poner en práctica a lo largo de su infancia y más allá. Por eso, creemos que es fundamental aplicar estos beneficios de las actividades lúdicas en el aula.
En Andel y en Fuenllana, dentro de la gran variedad de juegos que existen, se distinguen dos modalidades principales:
Dentro del aula, uno de los juegos más comunes son los juegos didácticos, que permiten a los niños aprender mientras se divierten. Estos juegos abordan temas relacionados con matemáticas, lengua y ciencias. Al combinar diversión con contenido educativo, los niños obtienen un aprendizaje más significativo. Estos juegos no solo refuerzan conceptos académicos, sino que también estimulan el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Además, se realizan juegos simbólicos o dramáticos, que promueven la creatividad y habilidades lingüísticas a través de la representación de roles o situaciones imaginarias. Estos juegos permiten a los niños explorar diferentes perspectivas y desarrollar su capacidad de empatía y comunicación.
Ambos tipos de actividades lúdicas en el colegio pueden ser grupales, promoviendo la cooperación y la relación entre compañeros. En estos juegos se trabajan los turnos de palabra y el respeto a los demás, fomentando así el juego cooperativo. Los niños aprenden a trabajar en equipo, a escuchar y a valorar las opiniones de los demás, habilidades esenciales para su desarrollo social.
El juego al aire libre en los colegios Andel y Fuenllana también está muy presente. A través de esta modalidad, los niños desarrollan sus habilidades motrices, físicas y emocionales mientras exploran su entorno. El juego al aire libre ofrece una oportunidad invaluable para que los niños liberen energía, se conecten con la naturaleza y adquieran una mayor conciencia espacial y corporal.
Por ejemplo, los alumnos de Andel desarrollan habilidades sociales mientras juegan al dominó por parejas. Este no es un dominó cualquiera, sino uno de fracciones, lo que les permite trabajar contenidos de matemáticas de una manera lúdica y práctica. A través de este juego, los niños disfrutan y repasan la representación de fracciones, convirtiendo una actividad educativa en una experiencia divertida y significativa.
En conclusión, el juego desempeña un papel fundamental en el aprendizaje de los niños en la educación primaria. A través del juego, los niños no solo adquieren conocimientos y habilidades académicas, sino que también desarrollan su capacidad para socializar, fortalecen su desarrollo motriz y ejercitan su cerebro. Para que esto sea efectivo, el maestro debe ser un facilitador de experiencias lúdicas significativas, adaptándose a las necesidades individuales de cada alumno y creando un ambiente propicio para el aprendizaje a través del juego.