Se termina el curso escolar y llegan las tan merecidas, y a veces “temidas” vacaciones de verano para los escolares.
La rutina, esa herramienta educativa tan eficaz, desaparece de un plumazo y casi sin previo aviso tenemos a nuestros hijos 24 horas en casa “sin nada que hacer”. Podemos entrar en pánico o aprovechar esta magnífica oportunidad para seguir educando de otra manera.
Os dejamos algunos consejos para que las vacaciones de verano sean el complemento educativo perfecto del curso escolar y no dos meses donde se pierda todo lo aprendido.
Los mejores recuerdos que tenemos de nuestra vida son, en muchos casos, de las vacaciones de verano pasadas con la familia y los amigos. También de esos sitios especiales que visitamos o de las actividades que hicimos en aquel verano.
En nuestra mano está que esos recuerdos de nuestros hijos perduren en el tiempo y, en el futuro, cuando vuelvan la vista atrás, sonrían al recordar como esas vacaciones de verano eran momentos familiares alegres y divertidos .
Es posible que la situación económica no nos permita grandes desembolsos para disfrutar de las vacaciones en algún sitio distinto o exótico. Pero nada ni nadie nos puede quitar la alegría, así que disfrutemos en familia estemos donde estemos.
Está claro que la situación familiar y laboral de muchas familias se complica en vacaciones, puesto que, en muchos casos, trabajan padre y madre y alguien tiene que quedarse cuidando a los hijos.
Parte de este problema se puede solucionar gracias a la multitud de campamentos y convivencias que desarrollan parroquias, colegios, clubes y asociaciones de todo tipo. Campamentos artísticos, deportivos, de idiomas, en la montaña, en la ciudad, en la costa, etc. La oferta es mayor que la de Netflix, por lo que es importante informarse bien de cada una de las opciones que podáis estar barajando para decidir con garantías.
Por otro lado, este tipo de campamentos y convivencias son una gran oportunidad educativa en muchos aspectos que a lo mejor no han trabajado tanto durante el curso escolar. La creatividad, el trabajo en equipo, la iniciativa y el compañerismo son algunas de las competencias que se trabajan a lo largo de los días que duran estas convivencias.
El Summer Camp de Fuenllana o Soccer Camp de Andel son algunos buenos ejemplos de este tipo de campamentos
Descansar no significa no hacer nada. Ese planteamiento puede, de hecho, ser bastante destructivo desde un punto de vista educativo. La falta de una mínima rutina y horario puede acabar con algunos de los buenos hábitos conseguidos durante el curso. Lógicamente no se trata de mantener el mismo horario que hasta ahora, pero sí sería bueno establecer unos mínimos que ayuden a ordenar el día.
Junto a la necesidad de cierto orden vital, las vacaciones de verano son un gran momento para establecer un listado de tareas de las que nuestros hijos puedan encargarse. Se pueden mantener las mismas que tenían durante el curso, pero durante las vacaciones se puede ampliar esa lista con cosas nuevas: ayudar a hacer la comida, hacer una limpieza profunda de armarios, reparar aquello que sea necesario en casa y no se ha podido hacer hasta ahora. Aunque puedan parecer actividades poco divertidas, si se hacen en un ambiente más relajado, alegre y sin prisas, son un gran momento de hacer familia y no perder el tiempo.
En verano hay mucho tiempo libre para hacer muchas de las cosas que el día a día no nos permitía. Desde la web de empantallados podemos descargar un plan de 25 actividades divertidas, distintas y retadoras para aprovechar estas vacaciones.
Hacer una cápsula del tiempo, diseñar postales originales, un festival de magia o un concurso de fotografía son algunos de los ejemplos que nos proponen para no estar pegados a las pantallas este verano.
Y, por último, el verano es el momento ideal para leer. En mi familia hay costumbre de incluir en el horario de verano al menos una hora fija para la lectura.
Desde Andel y Fuenllana nos recomiendan un listado de libros por edades que nos puede dar ideas para comprar y regalar a nuestros hijos durante estas vacaciones.
El desánimo puede provocarnos cierta angustia al enfrentarnos al verano, pero nada más lejos de la realidad, es el momento perfecto para crecer en familia, aprender cosas nuevas y pasarlo muy bien.
¡Os deseamos un feliz y educativo verano a todos!