Hoy en día cenar en familia podría considerarse un lujo. Estamos en una época en la que resulta fácil vernos absorbidos por el trabajo que y nos ocupan un tiempo personal valioso. La velocidad a la que transcurren las actividades nos exige a ceñirnos a ese ritmo. Esto es algo que termina afectando a la mayoría de los ámbitos familiares. Por ello, cenar en familia es de los acontecimientos diarios que más se deben proteger.
Aunque resulte difícil desprenderse de las preocupaciones, es importante reservar un momento para generar en casa un ambiente en familia. Crear y mantener la costumbre de cenar todos juntos es crear un tiempo de unión con tus hijos. Hacer los preparativos a conciencia y con cariño, sentarse a la mesa, y que los niños vean a su padre y a su madre presentes. Es bueno, no solo que sientan esa cercanía, sino que la reconozcan en el trato que se dan sus padres.
Además, cenar en familia puede ser una oportunidad para educar en valores como el servicio a los demás, la paciencia, el respeto en el turno de palabra, los buenos modales en la mesa. Además, podemos aprovechar para concienciar de la importancia de una dieta saludable. También, aprovechar para ponerse al día en cuanto a planes familiares, hacer anuncios, propuestas, e incluso marcar objetivos conjuntos.
Al cenar en familia se genera un lugar de encuentro
Al cenar en familia se genera un lugar de encuentro. Este tiempo con tus hijos es el espacio perfecto para compartir. Una de las grandes necesidades en la infancia es el tiempo de calidad. Los niños deben ser escuchados, una acción que se les queda grabada. Posiblemente la cena familiar es de los lugares en los que tus hijos experimentan mayor seguridad y confianza. Es importante animarlos a que se expresen en las mejores condiciones, esas que solo se ofrecen en un hogar.
La cena familiar es un buen momento para hablar sobre muchos más temas, además del día a día en el colegio. Es posible detectar las inquietudes de tus hijos, sus opiniones, sus aspiraciones, lo que les hace ilusión o sus proyectos personales.
También resulta muy positivo el implicar a los hijos en la vida de ambos padres. Que sepan aquello a lo que se dedican, sobre sus logros, algunas de sus preocupaciones, sus planes. ¿En qué ayuda esto?
Al fin y al cabo, gran parte de la formación de la persona está compuesta por pequeños momentos como este. Así, cenar en familia resulta ser no solo un rato agradable, sino también un importante pilar que ayuda al crecimiento de una familia unida y sana.