La teoría de las inteligencias múltiples propuesta por Howard Gardner sugiere que existen varios tipos de inteligencia y que cada persona tiene una combinación única de ellas.
Para Gardner, lo decisivo de la educación infantil es dar la posibilidad de trabajar intensamente con diferentes materiales que enriquezcan diversas y combinadas formas de inteligencia. Las primeras inteligencias múltiples que se desarrollan bajo esta teoría son las siete que a continuación se describen brevemente. Después se añadió la inteligencia naturalista y, a día de hoy el equipo de Gardner lleva 12 tipos de inteligencia desarrollados.
Existen diferentes metodologías para desarrollar las inteligencias múltiples en los niños, algunas de las más utilizadas son:
Esta metodología se basa en que los niños aprenden mejor cuando se les presenta un problema o un proyecto que deben resolver de forma creativa y utilizando diferentes habilidades. Por ejemplo, se les puede pedir a los niños que diseñen un parque temático y para ello deben utilizar su inteligencia espacial para dibujar el parque, su inteligencia lingüística para explicar cómo será el parque y su inteligencia interpersonal para trabajar en equipo. Otro ejemplo es ArtLAB, en el colegio Fuenllana.
Con esta metodología los niños aprenden mejor porque trabajan juntos y se apoyan mutuamente para lograr un objetivo común. Por ejemplo, se les puede pedir a los niños que trabajen en grupos para crear una obra de teatro, cada uno puede utilizar su inteligencia musical para crear la música, su inteligencia corporal-kinestésica para actuar y su inteligencia interpersonal para trabajar en equipo.
Se apoya en la teoría de que los niños aprenden mejor cuando experimentan y descubren el mundo que les rodea de forma activa. Por ejemplo, se les puede pedir a los niños que realicen un experimento científico para descubrir cómo funcionan las plantas, utilizando su inteligencia lógico-matemática para diseñar el experimento y su inteligencia intrapersonal para reflexionar sobre los resultados.
Esta metodología se basa en que los niños aprenden mejor cuando están motivados y se divierten. Por ejemplo, se les puede pedir a los niños que jueguen a un juego de mesa en el que tengan que utilizar diferentes inteligencias, como la inteligencia lingüística para leer las instrucciones, la inteligencia lógico-matemática para resolver los desafíos del juego y la inteligencia interpersonal para interactuar con otros jugadores.
Es necesario identificar las distintas inteligencias múltiples que tiene cada niño para potenciar aquellas más desarrolladas e impulsar las que estás más escondidas. Por eso es importante que las inteligencias múltiples estén bien definidas y el personal educativo tenga formación en este aspecto.
Elena Bermejo, profesora de Educación Infantil en Colegio Fuenllana