Hace unos meses tuvimos el honor de contar en Andel con el doctor Luis Gutiérrez Rojas, que nos impartió una sesión muy interesante y de la que pudimos sacar muchas conclusiones prácticas para educar a nuestros hijos. Este artículo, escrito por José María Lamana, maestro, tutor de 1º de Primaria en Andel y padre de dos hijos, es un resumen de la misma aderezado con sus aportaciones personales.
Hoy en día hay una corriente pesimista que se está haciendo hueco en nuestra cultura. Cuando la gente ve a una mujer embarazada no sabe si darle el pésame o la enhorabuena, cuando es evidente que tener hijos es una alegría. Y en esta época de crisis, sanitaria y económica, tendemos a caer más en ese pesimismo.
“El confinamiento va a aumentar el número de divorcios” fue uno de los comentarios más sonados durante la época en la que estuvimos en casa. En realidad, esos meses fueron una oportunidad única para acercarte más al cónyuge, conocerle mejor, disfrutar más en familia, con los hijos. Sin embargo, la conclusión que la sociedad transmitía era algo negativo.
Lógicamente, viviendo una crisis como esta, en la que muchas familias lo están pasando muy mal, no hay que estar tirando cohetes, pero también podemos aprovechar estas circunstancias para educar mejor a nuestros hijos. Enseñarles a vivir con menos, que aprendan a valorar las cosas.
Las dificultades son una oportunidad y no podemos obviarlas. Alguien que tiene todo en la vida, sin obstáculos, se vuelve una persona soberbia, que se cree autosuficiente. Y eso es algo que tenemos que evitar. Para ello, los niños tienen que recibir cariño y recibir normas. Para poder dar cariño a nuestros hijos, tiene que haber cariño en el matrimonio. El matrimonio está siempre por encima de los hijos y eso es algo que hoy en día no se ve. Cada vez se ven más conflictos entre parejas. Si seguimos esta jerarquía y cuidamos nuestro matrimonio por encima de nuestros hijos, ellos mismos percibirán este amor. Sin embargo, si ponemos a los hijos por delante del matrimonio, acabarán siendo débiles y emocionalmente dependientes.
En cuanto a las normas, los niños tienen que cumplir normas. Actualmente, se les da mucho cariño, pero ninguna norma. La consecuencia es que los niños, desde pequeñitos, se creen con derecho a todo. Piensan que lo merecen todo. El hecho de cumplir normas les ayuda, primero a ser más humildes y además a ser más maduros.
Una persona madura, no es una persona inteligente ni que destaca mucho en algún aspecto. Una persona madura es aquella que se conoce a sí misma. Que es consciente de sus limitaciones y de sus virtudes. Para conseguir esta madurez hay que palpar el sufrimiento, trabajar nuestra voluntad y todo ello a base de esfuerzo. Hoy en día la sociedad busca la comodidad, evitar el esfuerzo: “no te cases” “no tengas hijos” “eso es muy difícil, no lo hagas”… Si nos dejamos llevar solo por los sentimientos, sin trabajar la voluntad y sin poner cabeza en nuestras decisiones, nos convertiremos en personas caprichosas y débiles.
Muchas veces queremos tenerlo todo bajo control, para sufrir lo menos posible. Pero es imposible tener toda tu vida programada. Hay que ser flexibles.
Hoy en día, nuestros hijos viven apegados a lo material, los móviles, las tablets, la televisión. Pero la realidad es que hay que relacionarse con las personas, no con las cosas. Por eso es muy positivo que los niños hagan planes con otros niños. Que las familias queden con otras familias. Esto les hace madurar, aprender, darse a los demás. Nuestros hijos viven en un mundo fantástico y sin embargo da la sensación de que no lo valoran.
Es importante también que haya una alianza entre familia y colegio. Sin perder de vista que los que educan a los niños son los padres. Pero aprovechar las sesiones con el tutor para conocer más a tu hijo. Las notas son importantes, pero no tanto como la persona que es tu hijo. Hay que preocuparse del comportamiento que tiene, de cómo actúa con los demás, etc.
Para poder ayudar a nuestros hijos y educarles bien tenemos que quererlos como son. Existen trastornos, déficits, síndromes…pero eso no puede ser un condicionante para querer a un hijo. Son cosas secundarias. También tenemos que conocer bien a nuestros hijos, saber cómo son, qué les cuesta, qué les gusta, en qué destacan.
Para finalizar, el Doctor Gutierrez Rojas nos dejón algunos truco y soluciones prácticas que podemos aplicar en la educación de nuestros hijos.
Os dejamos el vídeo con la sesión impartida por el Dr. Luis Gutiérrez Rojas, al que volvemos a agradecer su visita a Andel
José Mª Lamana Selva
Foto de portada: Elly Fairytale